Gimnasia cerebral: un sistema de vida

La pedagogía busca estar en constante evolución pues, como se conoce, es la ciencia encargada de mejorar todos los procesos relacionados con el aprendizaje del ser humano. Reconociendo la importancia de este fin y su influencia en todos los logros de nuestra sociedad, pedagogos como Paul Dennison y Gail Dennison han dedicado toda su vida y carrera a encontrar nuevos sistemas y métodos que permitan a los maestros alrededor del mundo mejorar sus resultados y tocar tantas vidas como sea posible durante la época escolar.

Es así como esta pareja de apasionados por la enseñanza crearon, durante la década de los 90, Edu-K (Education Kinesiology Foundation), un sistema de aprendizaje basado en la aplicación de métodos kinesiológicos que operan como activadores de la función cerebral, en conjunto con el modelo de desarrollo de las inteligencias y los valores, llamado CREÁTICA –del profesor Natalio Domínguez-, los cuales buscan estimular las capacidades visuales, auditivas y kinestésicas, a partir de técnicas de respiración y relajación, para con esto activar las neuronas, reforzar la memoria y ejercitar el cerebro en general.

¿Quién es Paul Dennison?

Docente egresado de la Universidad de Boston, para luego dedicarse a la enseñanza primaria en el estado de California, Paul Dennison ha sido un pedagogo incansable y siempre preocupado por lograr la estimulación y el interés de los estudiantes hacia el aprendizaje, más que en crear técnicas de coacción o canje.

Imagen tomada de www.easybrainmethods.com

Hacia finales de la década de los 60, Dennison abrió los primeros centros de mejoramiento de lectura, en los que recibía estudiantes tanto de escuelas públicas como privadas -o también los propios padres enviaban a sus hijos en las tardes-, en los que se ayudaba a niños y niñas con dificultades escolares,  especialmente en lectura y escritura. Allí se utilizaba el enfoque comportamental, métodos de visión naturales y a Dennison le apasionaba el tema de la optometría comportamental, que consiste en realizar ejercicios visuales y de entrenamiento ocular para mejorar las capacidades de lectura.

Para profundizar en este campo, Paul Dennison se asesoró de doctores de la talla de Louis Jacque y Samuel Herr, optometristas del desarrollo, con quienes abrió un centro de aprendizaje especializado en este enfoque. A partir de este entrenamiento, el equipo de Dennison dio origen a ejercicios de prosecución, movilidad ocular, coordinación ojo/mano, entre otros, que más tarde serían la base de los cursos actuales de gimnasia cerebral.

¿De qué se trata la gimnasia cerebral?

La gimnasia cerebral, y en específico el programa Edu-k creado por el equipo Dennison, son un paquete de ejercicios senso-motores, basados en los movimientos naturales que los estudiantes realizan durante las diferentes etapas del desarrollo. Estos ejercicios desarrollan las conexiones neurales entre los sentidos y el cerebro y entre las articulaciones y los músculos.

La educación kinesiológica se propone aprender a través del movimiento. La práctica constante de ejercicios facilita la construcción de redes neuronales y éstas, a su vez, se encargan de que nuestro cerebro responda más rápida y efectivamente a diversos estímulos, entre ellos el aprendizaje escolar. Cuando las neuronas se activan durante el aprendizaje se produce mielina, que según expertos es una sustancia que incrementa la velocidad de transmisión de los impulsos nerviosos, y aísla, protege y asiste la regeneración de los nervios cuando han sido dañados. 

Los ejercicios mentales tienen el objeto de involucrar los hemisferios cerebrales, a partir del uso de todo el cuerpo y especialmente los ojos, para así estimular la mielina y mejorar el aprendizaje.

Para recibir entrenamiento o capacitación en estas técnicas, los docentes pueden contactar a Brain Gym International (www.braingym.org) o buscar talleres virtuales dictados por algunas instituciones latinoamericanas, entre ellas la Asociación mexicana de psicoterapia de juego.

Ejercicios de gimnasia mental

Como para todo ejercicio, el agua es muy importante. El cerebro contiene más agua que cualquier otro órgano del cuerpo. Hacer que los estudiantes tome un vaso de agua antes de los ejercicios funciona como “una lubricación cerebral”. 

Cross crawl
Este ejercicio ayuda a coordinar el lado izquierdo del cerebro entrenando la información que fluye entre los dos hemisferios. Es muy útil para ayudar a deletrear, escribir, escuchar, leer y comprender.

-    Sentado o de pie, ponga la mano derecha sobre la rodilla izquierda, cruzando todo el cuerpo, mientras levanta esta misma rodilla. Luego invierta el movimiento y cruce la mano izquierda sobre la rodilla derecha, manteniendo un ritmo de marcha. Hágalo durante dos minutos.

Enganche
Este ejercicio es bueno para los nervios, en especial antes de un examen o prueba especial, como dar un discurso o ponencia, entre otros. Ayuda a calmar la mente y mejora la concentración.

-    De pie o sentado, cruce la pierna derecha sobre la izquierda a la altura de los tobillos.
-    Tome su muñeca derecha y crúcela sobre la muñeca izquierda hasta que los dedos de ambas manos logren entrelazarse. Ahora, empuje las dos manos hacia adentro del cuerpo hasta que queden situadas en el centro del pecho (esternón). Permanezca en esta posición.
-    Mantenga los tobillos cruzados y las manos cruzadas, respirando lentamente, por un par de minutos. Notarán que su ánimo está mucho más tranquilo y relajado.

Además de ser una herramienta en clase, la gimnasia mental no tiene límites de edad ni se encarga únicamente de los escolares. Todos podemos beneficiarnos de algunos ejercicios para la mente.

-    Abrir y cerrar la llave del agua con la mano izquierda (si se es diestro. Si no, con la derecha)
-    Hacer un crucigrama.
-    Armar rompecabezas.
-    Leer periódicos en voz alta.
-    Cruzar los dedos. Intercambiar simultáneamente los dedos índice y meñique de cada mano.
-    Movimiento cruzado. Sentados, levantar la rodilla derecha y tocarla con la mano izquierda e intercambiar, repitiendo cada movimiento al menos diez veces.
-    Hacer círculos con el pie derecho en el sentido de las agujas del reloj, mientras con la mano derecha se dibuja el número seis en el aire.
-    Escribir el abecedario, debajo de cada letra escribir “i”, “d” o “j”. Al leer en voz alta el abecedario, levantar la mano izquierda cuando sea “i”, la derecha cuando sea “d” y las dos si es “j”.